Sindios

Desde la confianza que me otorga escribir desde una europa mayoritariamente atea, como yo, trataré de exponer de vez en cuando en este espacio por qué entiendo imposible que dios alguno exista.

Por ejemplo, la creación, tal y como la mayoría de las religiones, especialmente la católica, la contempla, contradeciría el insoslayable principio de la energía, que no puede crearse ni destruírse sino transformarse. Quizá el santo palomo trinitario tenga algo que decir al respecto.

Podemos no saber bien cómo se formó el universo, pero estamos seguros de que nadie lo creó.

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